Bienvenidos a otro clásico de los Hermanos Grimm actualizado, pasado por el tamiz de la problemática social actual y narrado con menos dosis de moraleja y más de efectismo. Ayer en 'Cuéntame un cuento' convirtieron la historia de "Hansel y Gretel" en un thriller con mucho suspense, una atmósfera de angustia convincente y ese punto de exhibicionismo violento que mi compañero Manuls destacaba como negativo en las historias de Caperucita y Blancanieves. Pero vaya, es que los cuentos con los que la humanidad ha crecido tienen bastante de violentos. Y el que peor parado sale siempre es el lobo.
Con la historia de los hermanos perdidos en el bosque tenían materia prima para película de terror: hablamos de una bruja que además es caníbal: atrae a los niños a su casita hecha de jengibre y chocolate para cebarlos, cocinarlos en el horno y después devorarlos (con esta bonita imagen mental se supone que después los niños han de conciliar el sueño). Con todo y aún no sé por qué, era mi cuento favorito de la infancia. Supongo que era por la parte en la que les dejaba hincharse a chocolate y mi mente inocente obviaba lo demás.
La adaptación de la historia
Como hicieran con Caperucita y los peligros de las redes sociales o con el lobo que se toma la ley por su mano, Hansel y Gretel se han transformado para la adaptación en víctimas de la violencia de género y de un hogar desestructurado. Igual que en la historia original, también son "guiados por su madre al bosque porque eran una pesada carga", aunque en este caso les deja por sms y les advierte que no vuelvan por miedo a que su padre les de una paliza, como a ella.
Se revisan otros temas actuales, como el bullyng o acoso escolar, que se apunta como causa del suicidio del hijo de la "bruja". Ella era una madre amante, una artista reconocida. Pero pasó a ser malvada cuando no pudo superar la muerte de su único hijo y decidió hacer de la venganza el sentido de su vida. Así, atraía a jóvenes hasta su casa para asesinarlos. Pero es mucho más que eso, muestra claros síntomas de psicopatía; está secretamente obsesionada con la violencia mientras que es capaz de mostrar una actitud amable en sociedad y ocultar su verdadera naturaleza. Estilo Patrick Bateman en American Psycho, pero mucho más comedida en cuanto al grado de violencia.
La adaptación sigue siendo fiel a la historia original en lo general pese a la modernización de la trama. La moraleja es la misma: la importancia de tener un hermano, sobre todo cuando caes en la trampa de una asesina (o un lobo con piel de cordero) que te engatusa con dulce y te engorda con halagos y discursos de autoestima. Por eso la bruja intenta separar a los hermanos y enfrentarlos (incluso les tortura con la idea tabú del incesto) y sólo juntos consiguen vencerla. Tampoco su final es muy diferente al del cuento: acaba quemada, aunque no sea en el horno.
Una gran evolución a todos los niveles
He de reconocerlo: las anteriores historias me dejaron un sabor agridulce. Además de los aspectos a mejorar que mencionaba mi compañero Mikel en la primera review, yo encontré otros, como ese festival del salto de eje que se marcan en algunas escenas de Blancanieves (también se les escapa en alguna ocasión en Caperucita), esa exposición tan forzada de las tramas (como suponemos, para no complicarse a nivel narrativo), esa limitación en el acting de gran parte del reparto, salvada con creces en cuanto entra un grande en escena (magnífico, por ejemplo, Luis Zahera y sublime y muy convincente Blanca Portillo en la piel de la bruja/fotógrafa psicópata) y ese abuso del giro dramático, que ya es difícil que cause el mismo efecto que al principio y que da una cierta imagen de pobreza en ideas, pese al esfuerzo creativo que no se le puede negar a la serie.
Teniendo en cuenta los errores previos, para mi "Hansel y Gretel" ha sido el mejor ejecutado. Se han cuidado mucho más aspectos como la dirección de arte; además, la localización era mucho más agradecida para la fotografía y perfecta para crear ese ambiente de inquietud (los peligros del bosque, la casa misteriosa). El ritmo fue más trepidante y, salvo algunos pequeños detalles -esos pequeños actos de fé que te pide- que restaron credibilidad a la narración o líneas de diálogo muy mejorables incluso gramaticalmente (¿"Debajo de mi techo"?), la serie ha tenido, con esta entrega, momentos de brillo, algo que no he visto en los dos anteriores y sí aparecieron por momentos en la dramática revisión de el-lobo-justiciero-y-los-cerditos-criminales">Los Tres Cerditos.
Si tenemos en cuenta la trayectoria de la serie hasta ahora, desde luego no se le puede negar un esfuerzo y un mérito. Pero no está todo hecho. Este podría ser el caldo de cultivo en el que se gestara una nueva forma de hacer series y una imagen distinta del espectador, aceptando y abrazando a ese público que demanda no sólo series distintas, sino series distintas y brillantes en las que los guionistas puedan, por fin, exponer sus buenas ideas.
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