¡Cómo pasa el tiempo! Telecinco y yo cumplimos años esta semana, yo unos cuantos más que ella. Hemos crecido juntas, programa tras programa, serie tras serie, novedad tras novedad. La chica de continuidad me anunciaba la programación cuando nuestros televisores aún no tenían esa función; pasé miedo con esa serie tan inquietante ('Twin Peaks') y aprendí que en los institutos de ficción se estudia poco y se liga mucho.
Después de repasar 25 años de ficción en Telecinco, toca recordar sus programas más míticos. No los mejores -no os confundáis-, sino aquellos que ya sea por su calidad o su falta total de ella se convirtieron en espacios de culto y ayudaron a escribir la historia de la cadena de Vasile (otrora de Lazarov). Desde los primeros talk-shows hasta el cotilleo puro y duro. Humor, entretenimiento, muchas azafatas enseñando mucha piel o formatos desconocidos para nosotros, los hijos de los dos canales.
'Humor Amarillo' 1990
Si llamas a todos los chinos Cudeiro es que fuiste fan de esta suerte de broma macabra a la que se sometían no chinos, sino japoneses, para deleite del cineasta Takeshi Kitano, creador y conductor del programa. Sólo quien superase todas las pruebas y no se dejase los dientes en las rocas/hamburguesas o la tabla de planchar/surfear ganaría el millón de yenes. Todo ello narrado con gracia infinita por Juan Herrera y Miguel Ángel Coll, que le dieron así un plus de divertimento a 'Humor Amarillo'
'Hablando se entiende la basca' 1991
Se podría decir que equivalía a una versión blandita de 'El Diario de Patricia' pero a principios de los 90 y con un Jesús Vázquez entonces novato, iniciando la que será una larga trayectoria profesional ligada a la cadena. Era joven y enrollado, vestía vaqueros lavados a la piedra y utilizaba palabras guays, como basca. Los jóvenes acudían para desahogarse y hablar con él de las cosas que les importaban y que obviamente no podían hablar con sus padre (sí en la tele). Fue la versión kids/ teen de 'Hablando se entiende la gente', presentado por José Luis Coll.
'A mediodía, alegría' 1991
"Y con Palotes, mejor todavía". Me pregunto dónde estaban entonces esos espectadoress capaces de acusar a Bob Esponja de terrorista. Desde luego Leticia Sabater no era el mejor ejemplo para los niños a juzgar por su mítica explicación de los sinónimos -dos palabras que se escriben igual pero tienen distinto significado-, ese vocabulario tan exquisito -tronquis, okey makey-, su concepto del rap o esos modelitos con los que presentaba un programa infantil. Fue la versión patria de Xuxa y nos atormentó con éste y otros espacios del estilo en la cadena.
'Las noches de tal y tal' 1991
Una clara muestra del tono kitsch de Telecinco en sus inicios. Jesús Gil despotricando contra el mundo en plan analista político pero no en un plató: en su jacuzzi alicatado y rodeado de un harén de azafatas en bikini. Supongo que lo llamaron programa de variedades porque había variedad de contenido (hasta sketches de Benny Hill, por la coincidencia fonética, supongo) pero no era el tipo de "espectáculo de variedades" al que nos tenía acostumbrado el ente (véase, los programas de José Luis Moreno), antes de la llegada de las privadas y del berlusconismo televisivo.
'La máquina de la verdad' 1992
Dirigido por el periodista Julián Lago, padre del cliffhanger ("no conteste ahora, hágalo después de la publicidad") el programa sometía a famosos de toda índole -desde ex-narcotraficantes, ex-presuntos ladrones o Antonia Dell’Atte- al detector de mentiras. Aquel aparato que sólo habíamos visto en las pelis, la parafernalia de cables y la presencia del Profesor nos hizo tomárnoslo en serio. A los invitados y al programa le cayeron denuncias por doquier, dado el nivel de las confesiones que allí se hacían.
'Caiga quien Caiga' 1996
El Gran Wyoming se despachaba a gusto en este formato de reportajes y actualidad en el que tampoco faltaba la denuncia social y el azote a los políticos. Pablo Carbonell, Tonino o Javi Martín se paseaban por actos políticos, culturales o de la alta sociedad con dos objetivos: resultar impertinentes y que los famosos posaran con las gafas de 'CQC'. Sus bromas llegaron a molestar a las altas esferas; Aznar se chivó a Berlusconi y cerraron el programa en 2002. En 2005 regresó con Manel Fuentes para tres años más, pero pereció en su paso posterior por laSexta y Cuatro.
'Crónicas Marcianas' 1997
Imposible resumir en seis líneas todo lo que aconteció en el plató marciano (nunca mejor dicho) de Javier Sardà en ocho años. Pasó de ser un programa de humor con un universo propio a adentrarse en las pantanosas aguas del corazón y de la telebasura, de la mano de concursantes de 'GH' u otros personajes sin profesión conocida, como Coto Matamoros o Carmen Ordóñez. Aunque nunca dejó de de crear su propio show (recordemos a Latre, Fuentes, el Sr. Galindo, Boris Izaguirre o los freaks de Cárdenas) al final la realidad se impuso a la ficción.
'El Informal' 1999
Los chicos de negro del 'CQC' despejaron el camino para el humor mordaz en la cadena. Así nació 'El Informal', un programa de parodias, análisis incisivos, particulares versiones de éxitos musicales, entrevistas a pie de calle y sketches. Gracias a este divertido formato descubrimos la cara dura de una entonces jovencísima Patricia Conde o lo divertido que es escuchar a Michael Landon, George Pipper o Schwarzenegger con las voces de Florentino Fernández, Javier Capitán o Micky Nadal. Una escuela de cómicos, tanto profesionales como amateurs (los protagonistas de las "Pffff(Pifias)... Mentales")
'Nosolomúsica' 1999
Y así, como un anticipo del futuro asociado al nuevo milenio llegó un formato moderno en todo: contenidos, realización, planos, grafismo o incluso en la elección de sus presentadoras. Tuvo cuatro: la internacional Kay Rush que sustituyó a Carla Hidalgo en la segunda temporada, la cantante Christina Rosenvinge que estuvo cuatro años al frente del programa y la de la versión online, Lola Prieto. Nos enseñaban ciudades cosmopolitas, nos recomendaban grupos cool o buenas películas. Como todo lo bueno, era demasiado corto y se emitía demasiado tarde.
'Gran Hermano' 2000
Y con él llegó el escándalo. Nos lo vendieron como experimento sociológico: ocho desconocidos encerrados en una casa con lo básico y rodeados de cámaras para observar sus reacciones. Sólo la primera edición se acercó al concepto, dado que aquellos primeros concursantes no sabían que eran los protagonistas de un gran fenómeno televisivo. Pero 'GH' pronto se quitó el disfraz de científico y se mostró al mundo desnudo; bajo un edredoning. Después de quince ediciones podemos afirmar que es uno de los programas que más ha ido evolucionando (¿o involucionando?) en la cadena.
'¡Aquí hay tomate!' 2003
Sobremesa y cotilleo parecían ser perfectas la una para la otra. Eso hizo posible el triunfo de un programa que, más que informar de la vida social de nuestras particulares celebrities en muchos casos se dedicó a mostrar su cara menos amable y en tono paródico. Lugar común de montajes, noticias bizarras, personajes mal aparcados deseosos de volver a la palestra y del encumbramiento de futuras "grandes estrellas" de la televisión, como Belén Esteban o el propio Jorge Javier Vázquez. Salero y mala uva a partes iguales, y mucho toma-que-to-ma-tá.
'Pasapalabra' 2007
Aunque comenzó en Antena 3 (200-2006) y contó incluso con Constantino Romero como presentador, lo cierto es que es la voz de Christian Gálvez la que asociamos a este concurso que premia a aquel que tenga un vocabulario más extenso y una mayor agilidad mental. Tan difícil es pasar las 25 preguntas del rosco final que se han llegado a acumular botes euromillonarios. Sigue siendo un oasis de entretenimiento blanco en esta época en la que los concursos cada vez escasean más (o son cada vez menos exigentes).
'Sálvame' 2009
Sí, merece formar parte de la tournée por Fuencarral porque representa la peor cara de la cadena en sus 25 años de vida, desde que decidiera ocupar todas sus tardes con contenidos vacíos, desconocidos encumbrados a "famosos" a base de darles presencia, zafiedad y gente merendando. Y en el mismo horario en el que, 25 años atrás, unos niños merendaban sintonizando su cadena amiga y viendo VIP Guay. Lo irónico es que hayan acabado siendo censurados y obligados rebajar el tono con una versión naranja por infringir el Código de Autorregulación de Contenidos Televisivos e Infancia. Moraleja: nunca debisteis dejar de emitir dibujos.
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